lunes, 19 de mayo de 2014

2.2.4 Órganos de los sentidos

ÓRGANOS DE LOS SENTIDOS

Los sentidos nos proporcionan la información vital que nos permite relacionarnos con el mundo que nos rodea de manera segura e independiente. Esto, por medio de las sensaciones, que son el mecanismo que tiene nuestro cuerpo para procesar todos los estímulos que recibe: luz, sonidos, sabores, frío o calor, dolor, olores, incluso las caricias, cosquillas y besos.
Tenemos cinco órganos de los sentidos: la piel, que nos permite el tacto; los ojos, que nos proporcionan la vista; los oídos, que además de captar los sonidos nos entregan el equilibrio; la nariz, que nos ayuda a percibir los olores, función que denominamos olfato; y, la lengua, que nos da la posibilidad de distinguir una compleja gama de sabores, el gusto.

LA VISTA





El sentido de la vista es el que permite al hombre conocer el medio que lo rodea y relacionarse con sus semejantes.  Las imágenes visuales le proporcionan a través del ojo, información sobre el color, la forma, la distancia, posición y movimientos de los objetos.
Es el sentido humano más perfecto y evolucionado. El órgano receptor es el ojo o globo ocular.
El ojo cuenta con distintas estructuras que lo protegen. En primer lugar está la cavidad ósea, llamada órbita, que lo contiene.
Luego, los párpados, formados por un repliegue de la piel que lo rodea, la glándula lagrimal situada en el ángulo superior externo de la órbita. Su secreción mantiene al ojo húmedo. Se trata de un medio de defensa y de limpieza, que además evita que se seque la cara anterior a la córnea.
Finalmente, están las pestañas y las cejas. Ellas desvían las gotas de sudor provenientes de la frente, que podrían llegar hasta los ojos.
Medios transparentes:
Pupila: orificio a través del cual la luz penetra en el ojo.
Cristalino: especie de esfera achatada formada por membranas transparentes de consistencia gelatinosa. Es el encargado de enfocar las imágenes.
Retina: membrana compuesta en su mayoría por células nerviosas y tienen la propiedad de ser fotosensibles; en la retina es donde se forman las imágenes.  
Iris: Es la porción coloreada del ojo, correspondiente a una membrana que se localiza entre la córnea y el cristalino, y cuya abertura redonda y central (la pupila) regula la entrada de luz al ojo mediante su contracción y dilatación.
Córnea: estructura en forma de cúpula que se halla en la parte frontal del ojo y que protege el iris y el cristalino además de ayudar a centralizar la luz en la retina.
Funcionamiento:
La luz, tanto si procede de una fuente productora como si son rayos reflejados por diferentes materias, penetra en el ojo por la córnea. Esta membrana que cubre la parte delantera del ojo es transparente y actúa como una lente convexa, desviando los rayos hacia un mismo punto. Detrás de la cornea se encuentra el iris, que actúa como diafragma regulador, dilatándose o contrayéndose para controlar la cantidad necesaria de luz. Hay un orificio en el centro del iris que es la pupila, y por ella pasa la luz a un cuerpo transparente y elástico, que cambia de forma por las presiones de los músculos ciliares, llamado el cristalino. Esta lente de material blando permite, al agrandar o reducir su curvatura, enfocar con precisión la imagen en el fondo del ojo.
Curiosidades:
• La luz del sol tiene que viajar 150 millones de kilómetros para llegar a nuestros ojos.
• El ojo humano puede detectar más de 10 millones de colores.
• El pigmento del iris, en el caso de los ojos castaños o negros, proporciona protección extra ante las molestias de la luz muy brillante. En cambio, los ojos claros ven mejor con poca luz.
• La visión cambia a medida que las cosas o tu cuerpo se mueven. El cerebro actúa produciendo una serie de imágenes cientos de veces por segundo, ubicándonos una a continuación de la otra, como una secuencia.

EL OÍDO




El sentido del oído nos permite percibir los sonidos, su volumen, tono, timbre y la dirección de la cual provienen. 
Estructura: El oído se divide en tres secciones.
Oído externo:
Consta de dos partes. Una es una porción sobresaliente -tejido cartilaginoso- y revestida de piel- llamada pabellón de la oreja.
La otra es el conducto auditivo externo, que mide aproximadamente 2,5 centímetros. Va desde el pabellón de la oreja hasta el tímpano, órgano que vibra con la acción del sonido.

 Oído medio:
Es una cavidad pequeña. Contiene tres huesecillos articulados en cadena: martilloyunque y estribo (llamados así por su forma). El martillo está en contacto con el tímpano. El estribo se conecta a la ventana oval, membrana extendida sobre un orificio que se comunica con el oído interno.
El oído medio se comunica con la faringe a través de la trompa de Eustaquio. En el extremo faríngeo de ésta hay una válvula normalmente cerrada, lo que evita que el sujeto sea molestado por su propia voz.
La válvula se abre con la deglución y el bostezo.

Oído interno:
Consta de un complejo conjunto de conductos y cavidades, llamado laberinto óseo, ubicado en el hueso temporal. La parte del laberinto óseo relacionada con la audición, es un tubo enrollado en espiral. Es semejante a una concha de caracol.
Estos conductos están llenos de un líquido denominado perilinfa.
Así funciona:
Para poder escuchar un sonido, las ondas sonoras deben pasar primero, por el conducto auditivo externo y hacer vibrar así la membrana del tímpano.
Las vibraciones se transmiten a través del oído medio por el martillo, yunque y estribo. Al mismo tiempo, originan ondas en el líquido del oído interno. Esos estímulos salen mediante los nervios auditivos superiores.

EL OLFATO




El olfato es el más sensible de los sentidos, ya que unas cuantas moléculas –es decir, una mínima cantidad de materia– bastan para estimular una célula olfativa. Detectamos hasta diez mil olores, pero como las estructuras olfativas, al igual que el resto de nuestro cuerpo, se deterioran con la edad, los niños suelen distinguir más olores que los adultos.

Además de advertirnos de peligros como el humo y los gases tóxicos o venenosos, el olfato contribuye con el gusto, estimulando el apetito y las secreciones digestivas.

La nariz es el órgano por el cual penetran todos los olores que sentimos desde el exterior. Es un cuerpo saliente del rostro, ubicado entre la boca y la frente, por debajo de la cavidad craneana.

El olfato está relegado al fondo y a lo alto de la nariz, cuyo interior está constituido por dos cavidades, las fosas nasales, separadas por un tabique.
La parte interna de la nariz está formada por dos paredes: la pituitaria amarilla y la pituitaria roja o rosada. En la amarilla u olfatoria se encuentran los receptores del olfato,  la pituitaria roja o respiratoria, llena de vasos sanguíneos, ayuda a regular latemperatura del aire que entra y sale de los pulmones, entibiándolo.
¿Sabías qué?
• Las mujeres tienen el sentido del olfato más desarrollado que los hombres.
• Hay personas que tienen mejor olfato que otras, probablemente porque sus receptores funcionan mejor o están más especializados.
• Lo que para algunos es un olor fuerte y desagradable -como podría ser el de la mayonesa, el vinagre o talvez algún perfume-,puede ser ignorado o considerado agradable por otras personas.

EL GUSTO




El gusto consiste en registrar el sabor e identificar determinadas sustancias solubles en la saliva por medio de algunas de sus cualidades químicas. Aunque constituye el más débil de los sentidos, está unido al olfato, que completa su función.

Órganos:
Papilas gustativas: Las papilas gustativas son unos órganos sensoriales que tienes en la lengua y que te permiten percibir los sabores, que se dividen en dulce, salado, ácido y amargo. ¿Cómo funcionan exactamente las papilas gustativas? Bueno, saca la lengua y mírate al espejo.

¿Ves todos esos bultitos? Se llaman papilas, y la mayoría de ellas contienen unos botones gustativos que tienen unos pelitos microscópicos muy sensibles denominados cilios. Los cilios envían mensajes al cerebro sobre el sabor las cosas, para que tu puedas percibir si son dulces, ácidas, amargas o saladas.
Lengua: La lengua es un órgano musculoso de la boca y es el asiento principal del gusto y parte importante en la fonación, masticación y deglución de los alimentos. Está cubierta por una membrana mucosa. El color de la lengua suele ser rosado. Su principal función es la contención de los receptores gustativos, que nos permiten degustar los alimentos. También contribuye junto con los labios, los dientes y el paladar duro, la articulación de las palabras y sonidos.
Paladar: es una estructura de la boca que la separa de las fosas nasales, es una zona de roce cuya interacción lengua-paladar permite decir las letras.
¿Cómo trabaja éste sentido?
Los compuestos químicos de los alimentos se disuelven en la humedad de la boca y penetran en las papilas gustativas a través de los poros de la superficie de la lengua, donde entran en contacto con células sensoriales. Cuando un receptor es estimulado por una de las sustancias disueltas, envía impulsos nerviosos al cerebro. La frecuencia con que se repiten los impulsos indica la intensidad del sabor; es probable que el tipo de sabor quede registrado por el tipo de células que hayan respondido al estímulo. Luego de una exposición prolongada a determinado sabor, las papilas gustativas se saturan, y dejan de mandar información, por lo cual, al cabo de un tiempo determinado se deja de percibir el sabor.
Hay cuatro sensaciones gustativas que pueden reconocerse con facilidad: dulce, amargo, ácido y salado. Cada una depende de corpúsculos gustativos diferentes, que se distribuyen en determinadas zonas de la lengua.
El sabor dulce se aprecia de preferencia en la punta de la lengua; el amargo en la zona posterior; el ácido en los bordes y el salado en la punta u en los bordes.
La zona central de la lengua es insensible a los sabores.

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EL TACTO


Este sentido es poco considerado en relación con los sentidos catalogados como “importantes”, como el de la vista o el oído, el tacto es el primero de los cinco sentidos que se manifiesta ya desde el período de gestación.
El tacto es el encargado de la percepción de los estímulos que incluyen el contacto y presión, los de temperatura y los de dolor. Su órgano sensorial es la piel, que, además, tiene el mérito de ser el órgano más grande del cuerpo. La percepción de estos estímulos externos se realiza a través de las células receptoras específicas que tiene cada una de estas señales en la piel. Se estima que en la piel humana existen alrededor de cuatro millones de receptores para la sensación de dolor, 500 mil para la presión, 150 mil para el frío y 16 mil para el calor.

La mayoría de las sensaciones son percibidas por medio de los corpúsculos, que son receptores que están encerrados en cápsulas de tejido conjuntivo y distribuidos entre las distintas capas de la piel epidermis, dermis,  hipodermis, desde la superficie hacia abajo.

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